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                       Campaña por la Solidaridad con la Libertad de los Cubanos.

Once acciones concretas de aislamiento al régimen

El Movimiento Cristiano Liberación ha iniciado una campaña por la condena y el aislamiento internacional de la dictadura cubana. Consideramos que la comunidad internacional debe responder enérgicamente ante la represión desatada por el régimen cubano. Por eso es necesario una fuerte condena pública de la dictadura.

Pero creemos que estas necesarias declaraciones de condena no son suficientes para hacerle saber a la junta militar en el poder en Cuba, que la comunidad internacional no va a tolerar la impunidad de la dictadura. Por eso se necesitan también medidas concretas de aislamiento internacional, como las implantadas al régimen del apartheid de Sudáfrica.

 

Proponemos que hasta que la dictadura libere incondicionalmente a todos los detenidos por participar en las manifestaciones pacíficas y a todos los presos políticos y de conciencia, y celebre elecciones libres y plurales:

-          Se excluya la participación del régimen de Cuba en todos los foros, cumbres y eventos internacionales

-          Se investigue y condene  a Cuba en el marco del Consejo de Derechos Humanos de la ONU por sus violaciones.

-          Se suspendan todos los acuerdos de cooperación económica y militar con la dictadura cubana, como por ejemplo el Acuerdo entre la UE y Cuba.

-          No se otorguen líneas de créditos al régimen cubano

-          Se desestimule la inversión extranjera y el turismo internacional hacia Cuba

-          Se realice un boicot a los productos exportados desde Cuba, directamente por el régimen o a través  de compañías extranjeras asociadas a la tiranía.

-          Se decrete un embargo internacional de armas y equipamiento represivo a Cuba

-          Se suprima la participación de Cuba de todos los eventos deportivos, culturales y académicos internacionales

-          No se otorguen o se revoquen visas a funcionarios de la junta político-militar y sus familiares así como a los miembros del Partido Comunista de Cuba y a todos los miembros de las organizaciones e instituciones  que apoyen o participen en los actos represivos contra el pueblo.

-          Se faciliten canales de envío para la ayuda humanitaria como parte de esta campaña de aislamiento al régimen y en solidaridad con el pueblo cubano.

-          Se cree una comisión internacional de apoyo a la democracia en Cuba, que promueva la ejecución  de estas y otra medidas, y vele por el cumplimiento de las mismas.

El Movimiento Cristiano Liberación invita a los gobiernos y parlamentos de todos los países amantes de la libertad, a las instituciones internacionales, y a toda persona de buena voluntad a hacer suya esta campaña por la solidaridad con la libertad de los cubanos.

Todos cubanos, todos hermanos, y ahora, la libertad.

27 de Julio 2021

A  nombre del Movimiento Cristiano Liberación

Eduardo Cardet Concepción, Coordinador Nacional

Antonio Díaz Sánchez, Secretario General

Regis Iglesias Ramírez, Portavoz

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Para Farruko:

 

El 13 de agosto me levanté temprano, cogí el teléfono y me fui a trabajar. Cuando regresé había una patrulla de policía casi frente a la puerta de mi casa, pero no pensé que fuera por mí. Cuando subí las escaleras había dos hombres esperándome y me preguntaron si yo era Jonathan. Dije que sí y me mostraron una identificación del DTI (Departamento Técnico de Investigación). Lo único que les pedí fue si podía subir a mi habitación a ponerme los zapatos ya que llevaba chanclas. Subí, me puse los zapatos y miré a mi madre que se echó a llorar.

Mi mamá se volvió hacia ellos y les preguntó si era rápido, dijeron que sí. Me despedí de mi abuela, mi esposa que en ese momento estaba embarazada y por último le di mi bendición a mi madre. Bajé y me subieron a la patrulla que me llevaba al DTI en Acosta. Ahí me empezaron a mostrar videos. Dije que no era yo y me insultaron. Estaba sin esposas y me pusieron las esposas apretándolas muy fuerte. Estaba sentado, seguía diciendo que yo no era el de las imágenes y me empujaban de la silla. Me esposaron y me colgaron de puntillas en la cerca. Cada vez que me movía y golpeaba la cerca, las esposas se apretaban más y más. Me volvieron a meter en la patrulla y me llevaron a la Comisaría de Aguilera. Vi que mi madre seguía llorando, le di un besito y me llevaron arriba. Después de un rato me bajaron a mi celda antes de entregar todo lo que tenía arriba. Después de pasar un día allí, todos en la celda se fueron y me quedé sola.

Esa noche me trasladaron a otra celda y vino un amigo mío que es como mi hermano. Lo trajeron por las mismas razones que me trajeron a mí. Esa noche empezamos a llamar a los guardias y no venían; seguíamos gritando pero no venían; Hasta que se acercaron muy molestos por ser molestados. Ese día parece que no había agua. No pudimos bañarnos. Al día siguiente comencé a llamar al guardia para ver si podía hablar con mi mamá para que supiera de mí y no se preocupara. No pude llamarla. Empecé a golpear y nos sacaron a él ya mí de esa celda y nos metieron en otra. Ese día no me dieron el colchón para dormir.

Por la mañana, también me dolían los dientes por no lavarme la boca y me dolía el cuerpo por dormir sobre el cemento desnudo. Después, al día siguiente, o creo que ese día, me llevaron al técnico Acosta. El primer día de Acosta yo estaba bien, nada más que el día que un guardia se paró frente a mí y me dijo, en el mismo tono: "¿Quieres ver cómo te doy una galleta?". Le dije que sí, pensé que estaba jugando y entró. Nunca había confiado en él para jugar. Abrió la puerta, se quitó la camisa y me dio una galleta por favor. Él lo tomó, salió y al rato me sacaron afuera a hablar conmigo porque se enteraron que yo era una de las tirachinas, como dicen. Era para que no le dijera a mi madre. Allí daban el teléfono cada vez que les daba la gana. Hasta que me llevaron al Reclusorio Juvenil del Oeste.

Aquí en el cabo me empezaron a dar dolor de oído con el tiempo. Un día por la noche me empezó a salir humor de la oreja y empezaron a llamar a la guardia. Tuvimos que empezar a gritar y cuando vinieron me dijeron para qué me iban a bajar al botiquín si no había medicamentos. Se fueron, siguieron dándome dolor y volvieron a llamarlos. Vinieron ​​después de un rato, me bajaron el botiquín y no había nada. Subí y al día siguiente la rehabilitación me trajo unas gotas. Él mismo me dijo que no había nadie en la cárcel, pero tampoco había médico.

No sé qué hay en el agua aquí, pero ha hecho que la gente vomite con sangre y diarrea. Gracias a Dios que no me dio nada de eso. La gente se desmayó y no desarmó el botiquín porque no había nada.

Con el tiempo me trasladaron a la empresa 5. Ahí en mi cubículo un día se metieron en líos y sacaron a todos. Nos dijeron que averiguáramos y yo no quería. Me mataron a galletitas y patadas en el suelo. No quise decirle nada a mi madre para que no se preocupara, hasta que durante la visita vio los rasguños en mi cuello. Se enteraron de cómo era mi madre, y como yo, no pasó nada más.

Te escribo esta carta porque eres mi artista favorito, Farruko, y te cuento todo lo que he pasado solo para reclamar mi libertad. Me gustaría que me apoyaras y le dijeras mi verdad al mundo. Te respeto y admiro mucho, quiero que seas mi padrino.

Jonathan Torres-Farrat

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